Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza (1580?-1639)
Dramarturgo. Nació, en 1580, o a principios de 1581, problamente en la capital de la Nueva España (aunque se ha especulado si en Taxco,Gro.); murió en Madrid, España, en 1639.Estudió derecho canónico y civil en la Universidad Real y Pontificia de la Ciudad de México, después viajó a Salamanca, España, donde se graduó en 1602; tras una estancia de dos años (1606-1608) en Sevilla, regresó a México, donde obtuvo en 1609 el título de Lic. en leyes. En 1614 regresó a Madrid, España, donde residió hasta su muerte. Se creé que en México escribió. " La cueva de Salamanca " ( sobre la Universidad de aquella ciudad, en la tradición de las comedias de magia) y "El semejante a sí mismo". Sin embargo, en Madrid, escribió prácticamente toda su obra dramática y los breves fragmentos puramente líricos que la complementa. Sus comedias:"Las paredes oyen" y la "Verdad sospechosa ( puestas en escena en 1617 y 1624 respectivamente), las cuales, le dieron un lugar de privilegio entre los creadores de la época ( es decir, los grandes maestros del Siglo de Oro Español: Lope de Vega , Francisco de Quevedo, Luis de Góngora y Argote). Pero, su notoria malformación física (era jorobado) y su empeño en recibir tratamiento de "Don" por sus apellidos, lo hicieron objeto de crueles burlas por parte del ambiente literario madrileño; con casi todos ellos se enemistó en uno u otro momento, y ellos con él: Mira de Amescua, Luis de Vélez de Guevara, Juan Pérez de Montealbán y Tirso de Molina- además de Lope, Quevedo y Góngora- se mofarón de él y lo escarnecierón con sangriento humor. No obstante todo ello, Ruiz de Alarcón supo allegarse la admiración , el reconocimiento y el respeto del exigente público madrileño.
Se le atribuyen a Ruiz de Alarcón,las siguientes comedias tituladas: " La culpa busca la pena" y el agravio de la venganza", "No hay mal que por bien no venga", "Quién engaña más a quién" y " Siempre ayuda la verdad". Su obra estrictamente poética es poco interesante junto a la magnitud e importancia de su tarea dramática, en la que consiguió, al decir de la crítica y de los estudiosos, un gran rigor en el análisis moral y sicológico de las conductas.